El sol ha salido y solo él puede vernos.
Tu respiración tranquila me hace sonreír, y darme cuenta de que es maravilloso que estés vivo, y que sea yo la única que tiene el privilegio de verte despertar, aunque aún sigues soñando.
Espero que estés soñando conmigo, yo llevo toda la noche viajando junto a ti en mis sueños.
Ahora te mueves, a lo mejor estás molesto o tienes el brazo dormido de haber apoyado mi cabeza en él durante toda la noche, pero qué va, te acurrucas más a mí haciéndome sentir especial.
Ahora sí sé que te estás desvelando, todavía no has abierto los ojos, pero tu sonrisa te delata.
Entonces ya no puedo reprimir más el impulso que lleva acosándome toda la mañana y te beso.
Me encanta poder rozar tus labios aún adormilados, y susurrarte al oído las dos palabras que resumen lo que siento por ti. Quiero que eso sea lo primero que escuches cada mañana, porque esta escena se debería repetir todos los días, solo con esto podría sentirme dichosa toda la vida.
Y me encanta también que te despiertes, me abraces fuerte, y me digas una y otra vez que me quieres, debajo de las sabanas.
Ahora ni siquiera el sol puede vernos.
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