La cuenta atrás tiene algo de morbosa.
Por un momento, consigue que sintamos como una verdad que el tiempo corre y no lo podemos parar; que hay un instante que se marcha para dar paso a otro. Ni mejor ni peor, solo diferente.
Hace que nuestro afán por ralentizarla o apresurarla se vea como el inútil intento de una hormiga por levantar la bota que la aplastará.
No hay lucha posible.
Así que, si lo único que nos queda por hacer contra el enemigo es unirnos a él…
Quizá lo más inteligente sea disfrutarla.
*Fotografía perteneciente a la obra de Chema Madoz
¿Unirse a ella? Según. A cierta edad te das cuenta de que la cuenta atrás hace mucho que comenzó: cuando naciste.
Mi obsesión es no obsesionarme con la cuenta atrás. No, no es apresurarla o ralentizarla, es pasar de ella. Mejor, es crear la ilusión de que puedes obviarla.
Dentro de una cuenta atrás puede haber muchos parciales que sean en sí, también, una cuenta atrás. No estaba pensando en la muerte como final en ese caso, pero ahora, tal y como lo has dicho, voy a ir a saltar desde un paracaídas, voy a irme de viaje, voy a comer en mi sitio favorito, me voy a ver y leer todas las novelas y películas del mundo antes de que den las 12 de la noche jajajajajajajaja