¿Son los cuentos los que se alojan en castillos o son los castillos los que escriben los cuentos?
El Alcázar de Segovia es uno de esos lugares, como el castillo de Olite en Navarra, en los que cuesta no creer que puedan ocurrir cosas maravillosas.
Fortaleza, palacio real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo Histórico Militar. Todas estas funciones ha albergado en su interior. Al igual que casi todos los grandes edificios de la historia, su origen es confuso, aunque es seguro que el rey Alfonso X convocó allí cortes en 1256. De aquí fue de donde Isabel la Católica salió para ser coronada reina de Castilla y donde Felipe II contrajo matrimonio con Ana de Austria. Así que, como emblema artístico de una ciudad que ha visto suceder muchos de los grandes episodios de la historia, ha sido mimado por diferentes estilos como el románico, el mudéjar, el gótico o el renacentista.
El 16 de noviembre se celebra el día del Patrimonio Mundial de UNESCO y la entrada al alcázar será gratuita.
Precioso lugar que he tenido la suerte de visitar varias veces. Lo mismo me animo este año y me acerco con la familia —el 16 no podrá ser, pero hay más días, claro—.