Por Ende: 8 curiosidades sobre Michael Ende

Ayer, 12 de noviembre, Michael Ende hubiera cumplido 88 años. Sin embargo, falleció en 1995 después de habernos dejado un sinfín de maravillas para recordarle eternamente.

Nadie escribió nunca literatura para niños como lo hizo él. Nadie consiguió entender la inocencia, hablar a través de ella y transmitir con tanta eficacia a la infancia unos valores perdidos o denostados, como el valor del tiempo o de la imaginación.

Casiopea, tortuga a quien no cejamos en el empeño de buscar en este blog, nos la presentó él en su novela Momo (libro que, a mi parecer, nada tiene que envidiarle a El Principito). Pero no es lo único que le tenemos que agradecer.

Por eso, hoy os traigo una lista de curiosidades sobre su obra y su vida. Porque es un autor a quien leer y releer cuando nos hacemos demasiado adultos, cuando nos olvidamos de disfrutar, cuando queremos que alguien nos meza en historias llenas de magia y necesitamos que haya una persona que entienda que, por mucho que tengamos que esconderlo a veces, todos llevamos un niño dentro. Michael Ende es un autor para educarnos; a los más pequeños y a los que ya no lo somos tanto, también.

1. Sus dos obras más famosas: Momo (1973) y La Historia Interminable (1979)

Las obras que han encumbrado, sin duda alguna, a este autor son también sus dos obras más largas: Momo y La Historia Interminable. En ellas el autor realiza un ejercicio de dobles sentidos permanente, lo que las hace muy divertidas para los niños y muy profundas para los adultos, como también ocurre en El Principito.

Portadas de Momo y La Historia Interminable

Portadas de Momo y La Historia Interminable

2. Michael Ende renegó de la película “La Historia Interminable”

Siendo una de las más taquilleras del cine alemán, el film de Wolfang Petersen solo narra la primera mitad del libro, dejándose, además, muchas partes vitales de la novela fuera de la historia. Ende dijo textualmente que le parecía “repugnante”, además de ser una especie de “orgía kitsch” donde “todo lo que habría tenido que ser mágico y misterioso se ha vuelto absolutamente falto de inspiración y banal”. El autor llegó a solicitar su eliminación de los créditos alegando que únicamente quisieron hacer dinero y no respetaron ni entendieron la obra: “he visto que la gente quiere continuar con las películas de La historia interminable, en forma totalmente comercial por supuesto; luché hasta el cansancio por evitarlo, hice un gran escándalo pero de nada sirvió”.

Cartel La Historia Interminable

Cartel del largometraje “La Historia Interminable” (1984)

3. No hacía distinción entre literatura para niños y para adultos

Según él, a la hora de escribir no diferenciaba entre libros para niños y para adultos porque él no consideraba haber cambiado al crecer.

4. Su padre, Edgar Ende, fue considerado artista degenerado durante el nazismo

Edgar Ende, padre de Michael, fue un pintor surrealista que quedó relegado a masajista durante el gobierno de Hitler. Hijo único del artista, su vida y su obra se vieron muy influidas por su padre y su entorno, ya que vivió la bohemia rodeado de escultores, escritores y pintores. Esto no resulta nada sorprendente, por otro lado, si se conoce la obra de Michael Ende, fuertemente afectada por un surrealismo, quizá suave, pero constante.

Obra pictórica de Edgar Ende

Obra pictórica de Edgar Ende

5. Obsesión por las tortugas

Quizá la Vetusta Morla, de La Historia Interminable, y Casiopea, de Momo, sean las dos tortugas más conocidas de Ende. Sin embargo, en otras de sus obras, encontramos algunas más. Michael Ende confesó que no se había percatado de la repetida presencia de estos animales en sus libros hasta que alguien le preguntó por ello. Fue, entonces, cuando se dio cuenta de lo que le atraía de estos animales.

  1. Su inutilidad. Las tortugas no “hacen” nada, siemplemente “existen”.
  2. No tienen apenas necesidades para vivir.
  3. La longevidad que poseen como seres vivos y como especie.
  4. La sonrisa enigmática que descubres al mirarlas a los ojos. “Parecen saber algo que nosotros no sabemos”.
  5. La forma de las tortugas, que remite a un cráneo.
Casiopea y La Vetusta Morla

Casiopea y La Vetusta Morla

Michael Ende con su tortuga

Michael Ende con su tortuga

6. Una curiosa forma de FIN-alizar sus libros

Ende, en Alemán, significa final. Un artista de la evocación como Michael Ende, no podía dejar pasar esto como herramienta de trabajo y, tampoco, como guiño. En Momo vemos cómo termina con “ENDE”, en La Historia Interminable lo hace “POR ENDE”, en El Ponche de los Deseos elige la versión “ENDE-FIN-itiva”… No es más, ni menos, que un pequeño saludo del autor, directo al lector, para que se olvide de quién está al otro lado de esa novela que acaba de concluir. Una vez le haya saludado, puede cerrar la tapa trasera con tranquilidad.

Ende

Así da por terminada Michel Ende la novela Momo

7. Ejercicios literarios

Para empezar, no podemos obviar que La Historia Interminable es un magnífico y enorme ejercicio de metaliteratura. Ende cuenta a la vez la historia de un niño llamado Bastián y la historia que ese niño está, a su vez, leyendo en un libro. También es muy común en su obra la llamada directa al lector, como hemos hablado en el punto anterior, de forma que, de pronto, éste se sienta apelado y confundido, consiguiendo un efecto divertido y, por qué no, perturbador.

8.Michael Ende escribió, pero, por encima de todo, amó la Literatura

Es uno de esos autores que respeta su trabajo, lo mima y lo sabe transmitir al lector. En La Historia Interminable podemos leer este fragmento:

Bastián miró el libro.
“Me gustaría saber”, se dijo, “qué pasa realmente en un libro cuando está cerrado. Naturalmente, dentro hay sólo letras impresas sobre el papel, pero sin embargo… Algo debe de pasar, porque cuando lo abro aparece de pronto una historia entera. Dentro hay personas que no conozco todavía, y todas las aventuras, hazañas y peleas posibles… y a veces se producen tormentas en el mar o se llega a países o ciudades exóticos. Todo eso está en el libro de algún modo. Para vivirlo hay que leerlo, eso está claro. Pero está dentro ya antes. Me gustaría saber de qué modo”.

¿Quién, de los que amamos leer, no se ha preguntado eso mismo alguna vez? ¿Quién, de los que escribimos, no hemos deseado saciar la curiosidad de un hipotético lector?


Leamos. Leamos a los buenos. A los que nos pueden enseñar. 

Leamos a los que han leído antes de escribir.

Démosles a nuestros hijos la oportunidad de entusiasmarse con las historias escritas.

Nunca olvidemos quiénes construyeron los universos que hoy nos hacen sonreír.

Leamos. Vivamos otras vidas. Disfrutemos. 

Amemos la Literatura. No es otra cosa, sino MAGIA.

Crítica negativa a Murakami: Sputnik, mi amor

Crítica negativa a Murakami: Sputnik, mi amor

Y así fue como llegó a mis manos Sputnik, mi amor, una novela de 1999 publicada en España en 2008. Empecé a leerla un par de semanas después,  decidida a cambiar de opinión (o a formarme una opinión) y poder compartir el entusiasmo de los que me rodean por el autor japonés.

¿Qué es la lítost?

¿Qué es la lítost?

Siempre he pensado que Milan Kundera, a parte de uno de los mejores escritores que ha dado este mundo, es un cabrón. Me explico: Kundera habla de la miseria y vergüenza humanas de una forma totalmente carente de empatía, casi crueldad, y con el suficiente acierto para que cualquiera de los que lo leemos pensemos que nunca habríamos sido capaces de enfrentarnos a todo lo tóxico, repugnante y verdadero del ser humano. Kundera expone los tabúes sociales de la humanidad sin despeinarse, ni siquiera se pone un poquito nervioso.

8 Comentarios

  1. torpeyvago

    Reconozco que me gustó mucho «La historia interminable». Pero con «Momo» nunca he podido; esa sí que se me hace interminable 😛
    —Conforme vas leyendo, voy escuchando el interior de tu cerebro: ¡Hereje! ¡Apostata! ¡Has de arder en el fuego purificador de los seguidores de Casiopea!—

    Responder
    • Buscando a Casiopea

      jajajajajajajajajajaja ¡¡¡no me lo creo!!!
      A mí me pasó justo al revés y el año pasado, después de haberlo dejado de niña 5 o 6 veces (sin exagerar) por el mismo sitio, le di una 7ª oportunidad a La Historia Interminable y me enamoró.
      Aún así, hay que leer otras cosas de Ende, que no tiene desperdicio en ninguna de sus obras.

      Responder
    • Buscando a Casiopea

      Muchas gracias a ti por tomarte tiempo para leerlo. Momo hay que leerlo siempre, que se olvida rápido.

      ¡Un beso!

      Responder
  2. Dita

    Tenía siete años cuando llegó a mis manos Momo, el primer ejemplar de una colección de libros semanales, la Juvenil Alfaguara. La portadilla decía “una novela-cuento de hadas”, y como a mí me encantaban los cuentos, decidí echarle un vistazo.

    Lo devoré. No podía soltarlo. Mi madre se cogió varios cabreos aquella tarde porque yo pretendí merendar sin soltarlo, cenar sin dejar de leer, lavarme los dientes con una mano en el libro, y llevarme una linterna a la cama para terminarlo. Y lo terminé. Adoración fue poco. Momo es y será siempre mi “libro-llave”, el que me llevó de los tebeos y cuentos a los libros de toda clase, y si nunca le agradeceré lo bastante a mis padres que me pusieran los primeros tebeos frente a la nariz, tampoco le agradeceré nunca bastante a Ende que nos regalase aquella historia.

    Responder
    • Buscando a Casiopea

      Muchas gracias por compartir tu historia, Dita.

      Yo habré leído Momo unas diez veces y en todas me pasa lo mismo que describes, es una maravilla.

      Responder
  3. iñaki

    como amante de los libros de Ende y en especial de La historia interminable, pude solamente tener la posibilidad de entrevistar a Sainz, quien fuera uno de los traductores del libro en español, ya que Ende lamentablemente habia muerto. El traductor español me robo la posibilidad de quitarme muchas dudas de lo hecho por el escritor Aleman, pero lo que sin duda persiste, es ese amor por lo magico que solamente Ende nos regalo para siempre.

    Responder
    • Buscando a Casiopea

      Hola, Iñaki
      Lo primero agradecerte el haber pasado por aquí y disculparme por contestar tan tarde. Qué suerte haber podido entrevistar a Sainz, ¿dónde se puede leer esa entrevista? Me encantaría leerla.

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *