Expolios contemporáneos: Los frescos del Monasterio de Sijena

Historias del Arte: Si el arte consigue ser noticia… Algo huele a chamusquina. Los frescos del Real Monasterio de Santa María de Sijena.

Llega un momento en la vida en que te planteas, como historiador, qué sentido tiene lo que estudias. Porque es realmente triste poder asistir a una conversación como esta:

(—Mari, Pepa, ¿os importa?)

—¡Madre mía, Pepa, que Sijena es tendencia en Twitter por sus frescos!
—¿Los ha comprado algún magnate del petróleo por mil millones de dólares, Mari?
—¡No!
—Entonces, déjame pensar… Si no es por dinero, tendrá que ser por ¿un escándalo político o un robo?
—Ambos.
—Joder, Mari, siempre estamos igual.

Este caso que, como Pepa y Mari tan bien nos han representado, no es nada nuevo, sí que encierra una curiosidad. Estamos acostumbrados a que roben pintura y escultura (vale, lo admito, seguramente robar una escultura de Chillida que pesa más de una tonelada no tuvo que ser sencillo) pero…

TACHÁÁÁN

¡Que nos lo quitan de las manos! ¡Bienvenidos al mercado negro de…

… ARQUITECTURA!

Si, amigos, arquitectura se ha robado, más o menos legalmente, durante toda la vida. Veamos, como ejemplos, numerosos templos egipcios o mesopotámicos. Pero resulta que, como todo en esta vida, lo de más allá del Mediterráneo se nos hace, ¿cómo decirlo? ¿tolerable?, pero si nos tocan en “los lugares civilizados” ya duele un poquito más.

El caso comenzó cuando en 1936 la Generalitat catalana financió a un señor llamado Gudiol para que acudiera al Monasterio de Sijena, recientemente incendiado, a arrancar los frescos que decoraban sus paredes y trasladarlos a Barcelona, donde ahora se encuentran en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

Pero, claro, llevarse piedras no es lo mismo que desligar del soporte una capa pictórica para “pegarla” en otro sitio (aquí os dejo un interesante artículo sobre las técnicas de separación de la pintura mural, que digo yo, que si se le quita el muro, quedará solo en pintura, ¿no? Chiste malo).

¿Y ahora qué hacemos?

Porque la justicia le ha dado la razón a Aragón, como era de esperar, pero trasladar la obra de arte puede ser letal para ella. El MNAC ofrece un dosier donde explica detalladamente los problemas que acarrearía tal acción.

¿Llamamos a Salomón, a ver qué aconseja él?

Frescos del Monasterio de Sijena en su localización actual

Frescos del Monasterio de Sijena en su localización actual

*Imagen propiedad de la Web del Museu Nacional d’Art de Catalunya de Barcelona, http://www. museunacional.cat

Palacio da Pena

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San Jorge, el dragón y el arte

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Arquitectura viajante (1)

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4 Comentarios

  1. torpeyvago

    Difícil cuestión.
    La verdad es que cuando ves yacimientos expoliados, robados e incluso simplemente arrasados —como una motilla arrasada por una excavadora para tener más sitio para cultivar—, se te cae el alma al suelo.
    En un mundo ideal, lo suyo sería recuperar el monasterio y tratar de devolverle la vida con su contenido original. Pero… aparecen tantos peros. Unos lógicos, otros vergonzantes.

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    • Buscando a Casiopea

      Por supuesto, Francisco. Si yo no defiendo en ningún caso el expolio, el robo o la “apropiación indebida”, pero, claro, a estas alturas la obra se enfrenta a problemas diferentes, que tienen que ver con su supervivencia. A ver qué pasa con ella. Imagino que al final se la llevarán, a no ser que se meta alguna organización internacional en medio, y veremos cuánto le afecta, una vez le haya afectado.
      Y sí, muy vergonzante.

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    • Lord Alce

      Coincido. Vaya por delante: aunque soy de Aragón, lo cierto es que el tema no me interesa mucho per se, salvo como un ejemplo más de los numerosos expolios arqueológicos y artísticos que ha habido a lo largo de la historia (paso de nacionalismos, aragonesismos y demás zarandajas). La cuestión es: ahora que el gobierno central parece mover ficha al respecto (que no digo que esté bien ni mal, repito lo antedicho), ¿seremos aquí, en esta Tierra Noble como la llama un excelente columnista, de salvaguardar los famosos bienes de todo mal? No somos aquí en Aragón un ente político tercermundista y lamentable (a veces, sí), pero que en la cuestión hay más intereses políticos que artísticos, lo que me hace pensar que, en cuanto vuelvan pa’cá, languidecerán tras una puesta de largo ante los medios y sanseacabó todo el mondongo.

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      • Buscando a Casiopea

        Aquí lo que más va a sufrir es la obra, eso está claro. Igual que los niños y los divorcios.

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