El acceso a la cultura es un derecho constitucional, según en qué barrio vivas

Hace mucho que no escribo en el blog, porque estoy a otras cosas ahora mismo y, aunque es un copia y pega de un hilo que he hecho en Twitter, os voy a dejar la historia por aquí.

Desde hace unos meses trabajo en Turismo del Ayuntamiento de Madrid. Normalmente vienen turistas, pero, a veces, también se pasan por allí madrileños. Sobre todo, gente mayor, jubilada, que tiene mucho tiempo libre y ganas de disfrutar su ciudad. Y eso me encanta, porque ya es hora de que se les devuelva lo que le han dado a la sociedad, que descansen y disfruten.

Pero hoy ha pasado una cosa que si no la cuento reviento. El caso, es que estaba trabajando y ha llegado una señora preguntando por los Veranos de la Villa. Y ya de paso, me ha recomendado que cuando hable con Carmena (como si yo la viera todos los días) le dijera un par de cosas:

Por lo visto, en su opinión, esta “abuelita” está “perdiendo la olla” porque desde hace unos años los Veranos de la Villa (un festival organizado durante todos los meses de verano en Madrid, con un montón de actividades culturales alrededor de la ciudad) ya no son en el centro. Que, claro, cuando decía centro, hacía mucho hincapié en el Barrio de Salamanca. Y será que yo soy muy provinciana, pero ese barrio, céntrico, céntrico… no me parece del todo. Y mucho menos, representativo de la ciudad de Madrid, aunque, bueno, ese es otro tema (¿o no?)

Total, que le digo que hay muchas cosas que sí se hacen en el centro. Y ella, erre que erre, que antes las cosas pasaban en Ópera y había algo todas las noches. A lo que le digo con menos ira que ahora que, claro, si las cosas pasan en tu portal, es genial, pero que, quizá, eso también lo quieren las personas de barrios más periféricos. “Pero es que es muy lejos, es que no hay transporte para volver (el metro de Madrid cierra todos los días a las 1.30h y hay nocturnos que ni soñamos en ciudades como Málaga) y (ATENTOS) LAS PERSONAS DE ESOS BARRIOS NO VAN A EVENTOS POR LOS QUE HAY QUE PAGAR, NO NOS ENGAÑEMOS (que la gran mayoría son gratuitos, pero bueno)” Y ahora viene lo mejor: “NO ME VOY A IR YO A UN BARRIO DONDE LO PRIMERO QUE HAGAN SEA ATRACARME”.

Teniendo en cuenta mi posición, solo me quedó reírme, pero aproveché para decirle que yo, que soy de Málaga, FLIPO con las posibilidades culturales de Madrid y que cuando siempre has tenido algo es muy fácil darlo por hecho (con toda la educación y la tranquilidad del mundo) Así que, lo que no le he dicho a esa señora, lo voy a decir por aquí, porque no es la primera vez que alguien con ínfulas de nosequé se acerca a las oficinas a quejarse de la “abuela que está perdiendo la olla”.

1. Me parece increíble que la gente tenga el morro de quejarse sobre el lugar en el que se celebra un evento cultural. No por nada, y no voy a caer en la falacia de nombrar a países que no tienen agua, sino porque la cultura es un derecho, pero también, tal como está el mundo, un privilegio.

2. ¿Y usted, señora, qué COÑO sabe sobre qué les interesa a la gente de otros barrios? ¿Sabe que a mayor índice de cultura menor índice de delitos? ¿Sabe que la educación es un derecho UNIVERSAL que también se merecen los que no han nacido en una cuna de oro como la suya?

3. ¿Sabe, señora, que impuestos pagamos todos y que, más del 90% de la población que no tiene la suerte de vivir en el centro, también queremos tener acceso a servicios que son tanto suyos como de los demás?

4. ¿Sabe que sus prejuicios son los que crean guetos (esos a los que usted no quiere entrar, se vaya a manchar sus Michael Kors) y su voto es el que nos deja a los demás sin las posibilidades que le da su herencia/apellido/suerte?

5. ¿Sabe que pienso que, ojalá, la vida fuera justa y la gente sin posibilidades económicas pudiera asistir gratis a los eventos con el dinero de la entrada que usted y sus pijiamigos SÍ hubieran pagado?

6. ¿Sabe que se merece que la traten como usted trata a los demás?

7. Y, por último, ahórrese el dinero de los conciertos, óperas, teatros y demás, que echar cultura en su cabeza es como hacerlo en una fosa séptica. Y yo no quiero que se desperdicie así el dinero de mis impuestos.

No tenemos ni puta idea de la suerte que tenemos, no vayamos por ahí pensando que es algo merecido.

 

El tiempo de Oreo

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Lo malo de los animales es que viven menos que nosotros. Lo peor es que ellos no son conscientes.

El amigo del revés

El amigo del revés

Juan tenía un amigo desde la infancia. Se llamaba Otto. Todos los días, cuando estaban en edad de ir a Primaria, caminaban juntos hacia la escuela. A Juan, Otto le parecía un chico divertido, aunque un tanto extraño.

La visita

La visita

Tenía la vista fijada en el suelo sin querer levantarla y encontrarse con sus ojos. Mirarlos era aceptar que no eran los mismos que vivían en sus recuerdos.

—Hueles a muerto. Más que de costumbre —fue lo único que acertó a decir él mientras abría la puerta para dejar que pasara dentro de casa.

Ganarse el salario

Ganarse el salario

El hombre, apoyado en la pared, miraba a través de un pequeño hueco que quedaba entre el cristal y la pesada contraventana de madera entornada. Cuando Lola la empujó para cerrarla, casi le pilla la nariz a su marido.

4 Comentarios

  1. Marina López Fernández

    Tenías que habérselo espetado. A lo mejor empezaba a pensar por primera vez en su vida (o te echaban del trabajo; que es lo que pasa cuando alguien dice lo que piensa)

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    • Buscando a Casiopea

      Pues sí, si me la hubiera encontrado en la calle, se lo hubiera dicho, pero en el fondo mi trabajo es estar al servicio de todos por igual, no dar mis opiniones. En mi trabajo estoy muy a gusto, nos respetan mucho y nos tratan muy bien, pero, claro, somos la cara visible de Madrid, es un puesto delicado. Aun así, la señora, cuando le he dicho que en Málaga no tenemos esas cosas, que daba por hecho que eso era lo normal, ha bajado la cabeza como diciendo “a lo mejor va a ser verdad que soy una privilegiada”. De todas formas pienso que si hubiera empezado a decirle lo que pienso probablemente no habría sabido guardar las formas. Era un tema bastante desagradable.

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  2. torpeyvago

    ¡Ooooole!
    Yo también vengo de fuera a Madrid y me asombra la cantidad de «cosas» de las que se puede disfrutar y que los madrileños no «usan».
    Aunque, claro, en mi pueblo pasa algo parecido. Hay gente que no ha pisado en su vida el entorno más conocido y turístico pese a vivir a tiro de coche de allí.

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