Tenía la vista fijada en el suelo sin querer levantarla y encontrarse con sus ojos. Mirarlos era aceptar que no eran los mismos que vivían en sus recuerdos.
—Hueles a muerto. Más que de costumbre —fue lo único que acertó a decir él mientras abría la puerta para dejar que pasara dentro de casa.
El hombre, apoyado en la pared, miraba a través de un pequeño hueco que quedaba entre el cristal y la pesada contraventana de madera entornada. Cuando Lola la empujó para cerrarla, casi le pilla la nariz a su marido.
¡Hola a todos! Os dejo por aquí el relato con el que me he presentado al XIII Premio Joven de relato corto El Corte Inglés.
El Seat 600 rojo, recién salido del concesionario, corría por los caminos perdidos en la nada que iban al cortijo. … Seguir Leyendo Donde se veía amanecer
La adrenalina de esa situación que no te crees, que te sube por el esófago, desde el estómago, y te … Seguir Leyendo Pérdida
Hay veces en las que la rutina crece hasta conquistar los sonidos.
Escribir por escribir. En el centro de las grandes ciudades nunca parece hacerse de noche. Sin embargo, lo es; bastante … Seguir Leyendo Karma instantáneo
Decirte que te quiero
es parte
de mi libertad de expresión.
# Enlace permanente a Mi libertad de expresión
25 de febrero de 2018. Abres Facebook. Facebook te recuerda que hace cinco años pasaste el fin de semana en … Seguir Leyendo Así asesinamos en el siglo XXI
Al igual que todas las personas tenemos un documento de identidad con un número que nos reconoce como seres existentes, … Seguir Leyendo «El mundo en tus manos» un pasito más cerca de hacerse realidad
Una ciudad se quemó anoche. Arian pasea la mirada por encima del humo negro que todavía dibuja elegantes fantasías cuando … Seguir Leyendo Una ciudad se quemó anoche