La descripción inversa

Una vez leí un libro que comenzaba con una descripción inversa. Me explico: haciendo hincapié justo en lo que no había, el autor conseguía que la imagen se desplegara ante el lector de una forma eficaz y sencilla.

Era como ver una sala llena de reflejos, de fantasmas, de ausencias y silencios.

Así me siento yo. Potencia de todo y acto de nada. Como si no solo hubiera un techo de cristal, sino una caja transparente en la que estoy encerrada. Como un fantasma, una sombra, un lamento que recorre los pasillos de una casa abandonada.

El tiempo de Oreo

El tiempo de Oreo

Lo malo de los animales es que viven menos que nosotros. Lo peor es que ellos no son conscientes.

El amigo del revés

El amigo del revés

Juan tenía un amigo desde la infancia. Se llamaba Otto. Todos los días, cuando estaban en edad de ir a Primaria, caminaban juntos hacia la escuela. A Juan, Otto le parecía un chico divertido, aunque un tanto extraño.

La visita

La visita

Tenía la vista fijada en el suelo sin querer levantarla y encontrarse con sus ojos. Mirarlos era aceptar que no eran los mismos que vivían en sus recuerdos.

—Hueles a muerto. Más que de costumbre —fue lo único que acertó a decir él mientras abría la puerta para dejar que pasara dentro de casa.

Ganarse el salario

Ganarse el salario

El hombre, apoyado en la pared, miraba a través de un pequeño hueco que quedaba entre el cristal y la pesada contraventana de madera entornada. Cuando Lola la empujó para cerrarla, casi le pilla la nariz a su marido.

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