25 de febrero de 2018.
Abres Facebook.
Facebook te recuerda que hace cinco años pasaste el fin de semana en un pueblo nevado. Joder, qué frío hacía, piensas. Y piensas en él, que estaba allí, contigo, sonriendo en esa foto. Una imagen que no envejece, cuyos límites son los píxeles que existen. Ni hacia la izquierda, ni a la derecha, ni arriba ni abajo, ni atrás ni adelante en el tiempo. No hay nada más.
¿Lo hubo? Crees que sí, sin embargo, nunca compartiste en las redes sociales lo que hoy te conviene recordar. Lo que ves no te afianza. Te desestabiliza, te hace pensar que ese tiempo pasado fue mucho mejor. Te hace preguntarte por qué no hay fotos recientes como esa. Como muchas otras.
¿Ya es momento?
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Viaje al norte del país.
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Día de verano en la playa.
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Cumpleaños de tu mejor amiga.
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Cumpleaños de su mejor amigo.
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Excursión al campo.
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Barbacoa.
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Café a la orilla del mar.
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Graduación.
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Así echamos de nuestra vida, así olvidamos. Así asesinamos en el siglo XXI.
Ahora sí. Ya eres libre.
Qué sencillo. Qué indoloro.
Menuda reflexion para hoy 😱
Pero que muy buena reflexión, además de bien contado!
¡Gracias! ☺️