Lian* nació en Naijing, China. Esta ciudad histórica fue seis veces capital del imperio y germen de una corta y fallida experiencia democrática. Hoy, allí, la censura mutila películas y libros; pero ella ha venido a estudiar Periodismo Cultural a España, y ya no se quiere ir. Su futuro lo imagina en España y dedicada a su vocación, el periodismo. Es hija de un profesor de universidad, según Lian, crítico con el régimen comunista gobernante en el país. Cuando se le pregunta sobre las diferencias políticas que percibe entre ambos países, China y España, apunta que en el gigante asiático los jóvenes no se interesan por la política porque solo hay un partido y no se puede votar. Sin embargo, sostiene que no cree que haya una dictadura y que la censura es salvable porque, a través de internet, siempre se pueden encontrar las obras literarias o cinematográficas completas.
Ai Weiwei nació en Pekín en 1957, hijo de un poeta desterrado a Manchuria al que le prohibieron el acceso a los libros. El quizá más conocido artista contemporáneo chino también sufrió, al igual que su padre, la represión del gobierno cuando, al regresar en avión de un viaje a su país en abril de 2011, fue arrestado en el aeropuerto y recluido en su domicilio durante 81 días. También se le prohibió salir de su país durante cuatro años, prohibición que finalizó a mediados del pasado 2015. Justamente, de este encierro nos habla el artista en la exposición de la Catedral de Cuenca con su instalación S.A.C.R.E.D, que se podrá visitar hasta diciembre. Las razones que alegaron para la detención fueron sus confusos motivos para viajar.
“El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen confiables y el asesinato, respetable; y para darle la apariencia de solidez al mero viento” (George Orwell)
Lian, sin embargo, afirma no haber escuchado nunca hablar sobre Ai Weiwei cuando se le pregunta por él.
El 8 de noviembre de 2016, el gobierno comunista chino limitó aún más el alcance de internet dentro de sus fronteras. No son pocas las organizaciones pro derechos humanos que sostienen que lo primero que se verá afectado por este tipo de medidas será la libertad de expresión. Pero, ¿es únicamente la libertad de expresión lo que limita? ¿Nos estaremos olvidando de la libertad de pensamiento? ¿No están ambas libertades íntimamente relacionadas?
George Orwell proponía en su novela 1984 un concepto nuevo, el doblepensar que, según el autor, significa “el poder de mantener dos creencias contradictorias en la mente simultáneamente, y aceptar ambas”. Esto y un efecto Pigmalión del lenguaje, por el cual si algo es muy repetido se acaba aceptando como verdadero, podrían acabar infantilizando a la población hasta llegar a ser razonable la afirmación “solo hay un partido, no se puede elegir a otro, pero no existe una dictadura”.
“Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social” (Aldous Huxley)
Al padre de Ai Weiwei lo desterraron y le quitaron el acceso a los libros; al propio Ai Weiwei lo recluyeron en su casa y le prohibieron la salida del país. Lian, no obstante, probablemente nunca tenga problemas con el gobierno chino, no va a ser necesario. No es el miedo lo que la alejará de las represalias. Lo que la mantendrá a salvo tiene, más bien, que ver con la incapacidad de reflexión fuera de los cánones estatales en los que se ha criado, al igual que los niños en Un Mundo Feliz, que nunca más se acercarían a los libros o las flores.
*Nombre ficticio
“La libertad es el derecho a decirle a la gente lo que no quieren escuchar”(George Orwell)
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