Historias del Arte: Cuando la realeza tenía una residencia para cada estación del año. Palacio Real de Aranjuez, el palacio de primavera.
Felipe II hizo muchas cosas durante su vida. Muchas cosas muy importantes. Pero si algo nos dejó fue el maravilloso Escorial, que guarda en su historia muchísimo más simbolismo del que nos podamos imaginar (algo que ya abordaremos en otro momento, aunque da para un año entero de entradas y tampoco se puede monopolizar el tema).
Aranjuez, situado a poco menos de 50 km de la capital madrileña, enamoró al hijo de Carlos I e Isabel de Portugal. Allí construyó, de la mano de Juan de Herrera, un palacete que le serviría como residencia durante algunas épocas del año.
Sin embargo, este monumental palacio que ahora vemos no se corresponde en ningún caso con la sobriedad y elegancia de la arquitectura herreriana ya que, en 1748 un incendio lo destruyó y fue Santiago Bonavia el encargado de diseñar el nuevo palacio, los jardines y, en definitiva, la ciudad de Aranjuez.
Así, Bonavia diseñó una planta tipo francesa, en U, para la residencia palaciega, y avenidas de vegetación frente a la fachada donde está la plaza de armas. El Palacio Real de Aranjuez terminó siendo lugar de estancia primaveral de la monarquía española.
Así, como si nada, una pequeña casita aquí para que los niños correteen por los jardines, ¿no?
Hace años que no me paso. Otro objetivo para esta primavera o verano con la familia.
Jajajajajaja al final esto va a parecer una agencia de viajes 😂